A vuelta de Navidades y anécdota de Reyes Magos.
Sin duda es este de las navidades un periodo complicado y contradictorio en una librería. Las buenas cifras de ventas que se producen en esos días (nos) tientan a muchas librerías a resaltar lo obvio: los títulos de grandes ventas y otros pelotazos literarios. Como podemos, intentamos mantenernos firmes en nuestras recomendaciones, mesas de novedades y escaparates para no sucumbir en un conocido viaje hacia la falta de identidad en una librería. Fácil no es.
Al trabajo intenso y horario navideño interminable, se le contrapone (¿o será que se le suma?) el contacto con lectores, muchos de ellos viejos conocidos, algunos de ellos buenos amigos. El resultado suele ser todos los años el mismo: agotados pero satisfechos. La constancia de que aquí seguimos, resistiendo, nos provoca este año una especial ilusión en lo que el año nos depare.
Y ya que seguimos en asuntos libreros, de vuelta estamos también a este blog que había quedado algo desatendido en las últimas semanas, convencidos de lo útil y eficaz de esta forma de comunicarnos. Como muestra del entendimiento de las nuevas tecnologías por los más jóvenes, vean esta anécdota que sucedió en Repiso hace escasos días:
Un padre y su hijo de apenas cinco añitos salen de la librería después de seleccionar libros para, más tarde, pedirlos a los Reyes Magos. El pequeño comenta a su padre: "Papá, tenemos que mandar un correo electrónico a los Reyes para decirles las cosas que se me han olvidado poner en la carta".
Ojalá todos entendiésemos de forma tan clara la utilidad de la inmediatez de este medio.
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